viernes, 21 de octubre de 2011

Otoño y libertad

ETA anunció ayer que abandonaba la lucha armada. Ya era hora. La sinrazón que ha supuesto casi un millar de muertos llega a su fin. La lucha armada tiene en algunas situaciones justificación. No desde 1975. Un dato curioso, 36 años duro la dictadura del General Franco, desde su muerte otros 36 han transcurrido hasta que ETA ha anunciado su final.


Hay quienes toman este anuncio con cautela. Este paso no significa nada sin la disolución y la entrega de las armas, pero éste es condición previa sine qua non. Hay quienes no se alegran de la noticia. Habrá que preguntarse el porqué.

En mi recuerdo destaca el día que mi familia discutió si mi padre debía aceptar un puesto que suponía instantáneamente sentir la amenaza de forma directa: mirar los bajos del coche cada día en la mañana, mi madre asomada a la terraza buscando algo extraño que descubrir entre el miedo, al albor, el trayecto variado de cada día, la incertidumbre continua... Mi padre aceptó el reto, la familia concluyó que el miedo no debía guiar nuestra decisión. En ese momento nunca imaginé que un día debería llamar a casa preguntando qué había pasado. Qué duda cabe que la sensación pese a la alegría se torna agridulce.

Mucho se ha hablado hasta hoy de la falta de libertad en el País Vasco y también en otros lugares. ¿La habrá? ¿Era ETA la única que coartaba las libertades en España? La expresión: Un país mas libre se acerca mas a la realidad.

Mas libre. Crisis significa necesariamente cambio. A lo largo de este año se ha podido corroborar que existen fuertes intereses en el poder por mantener la situación actual. Y esas fuerzas con graves intereses están dispuestas a permitir menos libertades para continuar con sus privilegios. Muchas han sido las situaciones comentadas, grabadas, twitteadas... en las que el sentimiento de falta de libertad por la actuaciones de mantenimiento del sistema se han hecho patentes.

El sistema está en modo defensa, supervivencia, hará todo lo necesario hasta la desesperación, incluso mutar y acabar con su razón de ser. Será necesario luchar contra él, lucha que ya ha sido iniciada. Esperemos que no sean necesarios otros 36 años para vencer esta nueva perversión.

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