martes, 14 de junio de 2011

Ensueños venéficos

Hay quien no sabe vivir en la realidad. Eso dirían de Rockberto que, fallecido este domingo, por su estilo de vida rozando lo andrajoso y la vagabundez bajo el canon de imagen, por su desprecio al dinero pasaba por cenutrio a ojos de la opinión pública, o por un hippie, un desarrapado, un don nadie. Una vida Sin retrovisor afirmaba un amigo. La realidad es una suma de percepciones condicionada por la propia perspectiva. Andamos rodeados de oscuridad.

El otro día leía un twitt y no daba crédito: Varios colectivos abordan como reeditar la república. Es fácil, pensé, Platón murió hace siglos. Después pinché el enlace y pude comprobar que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Aún resuena en mi memoria las palabras de mi viejo vecino Paco: en la república no había mas que miseria. Esa fue la perspectiva de la realidad esos días. Hoy, una ilusión. No debe ser esa la reedición que buscan.

Hay múltiples reediciones. Con Franco se vivía mejor, había paz. Una paz de cementerio. Con Aznar había trabajo y el Partido Popular aun guarda la receta para el crecimiento económico y el pleno empleo. Aznar se la dejó a Rajoy, enterrada bajo una capa de hormigón. Ensoñaciones  románticas ligadas a ideales, a sentimientos, intereses o utopías dieciochescas, decimonónicas o veintescas, vigesímicas o de cualquier otra clase, propias o apropiadas, dominan las perspectivas de la realidad política y social. Los medios de comunicación no están exentos, ayer un diario titulaba La chispa de los indignados prende en la"fabrica del mundo" de China. Un auténtico disparate. Nada tienen que ver la realidad de esos chinos con la de estos españoles. Egocentrismo europeo que pasa por velo y que envenena continuamente el punto de vista del viejo continente. Lejos de estos ensueños, el siglo XXI avanza a su propio paso.

La ciudadanía que se ha echado a las calles, que se manifiesta, que ha acampado no es indiferente a las suyas propias y harán bien en evitarlas pues no son sino un lastre, una carga. El fin de la crisis llegará con un esfuerzo benéfico y creador en todos los ámbitos. Un esfuerzo de orden titánico y regenerador que suena cercano a la utopía. Los versos del poeta, no por mas usados son menos válidos.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

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