martes, 24 de mayo de 2011

Extraño Contrapunto

Mis felicitaciones mas efusivas al maestro. 70 primaveras contemplan a Bob Dylan. Mucho se ha referenciado uno de sus mas famosas composiciones en estos días: The times they are a-changin´ porque mucho tienen estos días de eso de que están cambiando. Siempre cambian, pero a veces se siente más ese cambio.

Resulta sorprendente como unos versos de hace casi 50 años siguen teniendo vigencia. O no resulta tanto, porque son esas palabras ligadas a la realidad intemporal las que precisamente sirven para el ayer y el mañana. Muy al contrario que las palabras que salen por boca de l@s polític@s en el presente. De la boca, de las manos, de sus ordenadores, de sus papeles... y no sólo de aquell@s si no también de quienes están a su servicio a modo de repetidor, de antena repetidora de la señal que emiten de forma unidireccional los partidos. Tan anclados en el pasado. Muchos de ellos aparecen a diario en los medios de comunicación de masas tradicionales, incluso en los 2.0 pero reiterativamente unidireccionales. Y entonces uno siente ese extraño contrapunto, se eriza el vello como señal de rechazo absoluto. Contrapunto con los versos que te agrandan el alma y los horizontes. Versos criticados a quienes se encuentran en las acampadas porque suenan a trasnochado y a antiguo.

Como si un Bob Dylan de lo instantáneo se tratase el valor de lo dicho alcanza un valor cercano a cero. Una autodefinición podría saldarse así:
Tiene una voluntad de malvas, de mandar a criar malvas a quienes hacen un ejercicio de libre crítica propia, crítica raptada por su mente laxa con un calado vacío propio de una moral lazarillesca, apoya a quienes en su libertad de imposición sufren un síndrome de perversión, la virtud invadida por un trastorno de cuenta o burladero contable, que resulta cadáver social de matriz en la fantasmagoría. En su teatro docente accede a una libertad de cargos de fe desarrapada, de tranquila inmoralidad en su palacio de la falsedad, su control en reposo les permite ese desfalco imperial al comicio putrefacto.

Y así pasan los días, sencillos, terriblemente acríticos con el cuidado en sus palabras que demuestra una monja en la elaboración de sus productos. Tienen una explicación para todo (y Dylan canta: how many times can a man turn his head pretending he just doesn´t see) Muy al contrario de lo ocurrido en los últimos días cuando se habla del movimiento de 15M, Democracia Real Ya o de cualquier otro movimiento o persona que ose ocupar ese espacio intermedio en el que ningún batallón de poder te defiende. Situado en ese lugar intermedio el examen se vuelve exhaustivo, el ojo avizor, escrutando al detalle cualquier fisura. Las palabras que brotan ya no son cuidadosas sino hirientes, en la busca del desprestigio, desvalorizando cualquier esfuerzo (y Dylan canta: when you got nothing you have nothing to loose) pese a alcanzar cotas titánicas. Todo lo que no fueron capaces o no quisieron hacer antes contra los poderes establecidos lo hacen ahora contra el ciudadano mismo sin respeto.

Fundeu sacó una nota para recordar que la palabra perroflauta se escribe en redonda, sin cursivas ni comillas. Imagínense el número de veces que se utilizó para denigrar la figura de l@s que allí se encuentran. Perroflauta, antisistema, comunista, vago, prosoviético, piojoso, son los piratas, los del todo gratis, jabón y trabajo les daba yo. Oiga pues sí, se ha oído, Eso es lo que deseo: un trabajo y vivienda. ¿Gratis? Aquí nada nos ha salido ni nos va a salir gratis.

Lamentablemente la sociedad ha aprendido y enseñado a conculcar las palabras, no son interpretadas por lo que quieren decir y valoradas como tal, sino que se encuentran cuantificadas, mercantilizadas. Ocupa el tiempo hablando, elabora un buen discurso, tus mentiras repetidas volveranse verdad. Habla hoy, que mañana habrá sido olvidado; di hoy, que mañana podrás puntualizar y convertir tus palabras en lo contrario de lo que venían a decir. Un lenguaje sin valor. Palabras sin valor. Ni para hoy ni para mañana.

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